No sé si ha sido de forma consciente o por la inercia del atropello del momento actual, pero nuestra sociedad hace tiempo adopto una de esas decisiones inconscientes y colectivas en las que se basa todo un sistema. Hemos decidido formar una sociedad del recambio, y eso es lo que ha mantenido en estos últimos 20 años un nivel de crecimiento asfixiante.
Nada se hace para perdurar. Los objetos que nos rodean son prescindibles.Hemos abaratado hasta tal punto el coste de reemplazo, que no merece la pena el esfuerzo de mantenimiento. En torno a esta idea, los bienes de equipamiento y los consumibles nos rodean y accedemos a ellos de forma cada vez más rápida e imprudente. Nos hemos acostumbrado a prescindir de casi todo. Por eso triunfaron el VHS y Nokia. No por mejor calidad, sino por ser más prescindibles. Y generar de paso un sinfín de economías de escala.
Incluso me aventuraría a decir que este esquema, que debía ser estrictamente financiero, lo hemos trasladado a nuestras esferas personales. Cada vez más cómodos y egoístas, hay mucha menos propensión al esfuerzo a la hora de mantener los vínculos que hasta ahora parecían importantes. Tampoco se han generado vínculos nuevos. Simplemente, cambiamos de unos a otros.
Es algo que tiene una parte positiva, por supuesto, pero no dejo de pensar que algo se perdió por el camino. Así que, aunque sea como símbolo infantil de protesta, me mantendré aferrado a mi viejo coche, a mis desgastadas botas, a mi añejo cuaderno, a mis desafinadas cintas de Loquillo y a tres o cuatro iconos de mi pasado a los que me aferro para no olvidar qué tipo de cosas eran importantes para mí.
Aquí dos ejemplos:
3 comentarios:
"Tampoco se han generado vínculos nuevos. Simplemente, cambiamos de unos a otros"
... nada más cierto hombre, a veces, cuando escribimos a mano, sentimos la necesidad de hacer control zeta o suprimir. Estamos tan mediatizados, que la cuestión ahora no es mirar con nostalgia el pasado sino mirar que hacemos con el nuevo paradigma (aunque paradójicamente esté de moda lo retro)
Me gustan tus dos blog, por aquí te seguiré visitando...
Espero que me visites a mis blogs
El otro día leía sobre Huxley (sin comentarios) y como se le quemó su biblioteca con más de 3.000 volúmenes cuidadosamente anotados al margen (todo un tesoro para los bibliófilos como yo), incluso con una edición "princeps" del Cándido de Voltaire heredada de su abuelo T. H. ... Al parecer él no se lo tomó demasiado mal... Luego el Farero me comentó que algo parecido le ocurrió a Kareem Abdul-Jabbar (creo que era él, no soy muy ducho en baloncesto) con al mejor colección de jazz de todo EEUU...
Se trata de no sucumbir ante "la pérdida", de tirar pa'lante se pierda lo que se pierda... incluso cuando la pérdida sean los asideros que algún día tuvimos... para eso están los recuerdos
y así nos va...
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