miércoles, 26 de agosto de 2009

Toma tomatina

Este país tiene muchas cuentas pendientes con las fiestas populares. Detrás de esas supuestas tradiciones se esconde el anhelo cafre que anida bajo la piel de toro de cada españolito. Las hay especialmente nauseabundas, como es el caso de la 'tomatina' de Buñol, inventada hace cuatro días en un delirio antihigiénico y despilfarrador. Se la quisimos vender a los chinos, pero, en este caso, los primos somos nosotros.


TOMATINA-CHINA (Crónica) La "TomaChina" no acaba de triunfar
Antonio Broto. Pekín, 26 ago (EFE).- Varias ciudades chinas han copiado la popular fiesta española de la Tomatina, que hoy se celebra en la localidad valenciana de Buñol, con batallas a tomatazos a miles de kilómetros de la original y que en el país asiático, no obstante, han sido muy criticadas en medios de comunicación y en Internet. La fiesta española, ya casi tan conocida por los chinos como las corridas de toros o los encierros de San Fermín, ha sido importada por varias ciudades chinas, y así la más reciente guerra de tomates en el país se celebró el pasado 20 de julio en un centro comercial de Guiyang, capital de la provincia de Guizhou (sur). En aquella tomatina china se gastaron 25 toneladas de tomates, cifra sensiblemente inferior a las 110 que hoy se esparcirán por las calles de Buñol. Ello no impidió que algunos sociólogos, economistas y periodistas se echaran las manos a la cabeza asegurando que la cultura española y la china no son iguales y no se puede llevar esta costumbre a un país donde hay aún mucha gente que vive en la pobreza.

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