No se cumplieron las expectativas. Un buen comienzo promete. Pero si el desarrollo se vuelve confuso, se insertan un sinfín de personajes y el aire de pretendido folletín empieza a perder esa cualidad de pretendido, se pierden los destellos de brillantez. Es muy habitual que en las creaciones de ciencia ficción y fantasía, las promesas del planteamiento se pierdan en incoherencias. En El juego del ángel algo de eso hay, a mi humilde entender. No ha logrado mantenerme en vilo y sin aliento como sí hizo La sombra del viento. Puede que sea yo quien ha cambiado.
Creo que tan es importante es saber empezar como acabar un texto. También los periodísticos, al contrario de lo que dictan el 100% de los manuales del ramo, muchos más sabios que yo. Pero no puedo dejar de pensar que en estos tiempos en los que hemos aniquilado la pirámide invertida, un sistema que sólo tenía sentido con la tecnología de antaño, muchos caemos al redactar en esas incoherencias. En buenos principios, sólidos, ensamblados, y en un posterior dejarnos llevar.
Aunque se me tilde de demasiado afectado, aplaudiré a los redactores que premien a ese avezado lector que no se queda en los titulares, a esa rara avis que llega a la última línea de un texto, con un regalo. Un giro, una conclusión, un nosequé. Un, como diría Cyrano, "y al finalizar, os hiero".
5 comentarios:
Ya decía yo que Arcadi no podía equivocarse... ánimo maestro!
Joé! Ahora que me había comprado el libro! Aguafiestas!!!!
Arcadi? Qué dijo?
Rocío, no me hagas ni caso, que ya sabes que hay muchos libros en los que no coincidimos!!
que era una mierda, con todas las letras. Y además que la sintaxis era infantil y ridícula. Ya sabes que Arcadi no se va por las ramas...
sí, no se va por las ramas sobre todo metiéndose con nuestras compañeras... menudo gilipollas sabelotodo, es que estoy por no creerle ni siquiera cuando de pone a criticar a los nacionalistas... seme pone una cosa aquí....
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