Todos somos Dillinger

Nada más sencillo que odiar a los bancos. Todos crecimos viendo al padre de Mary Poppins perder el norte, a Momo y los hombres grises y a nuestros progenitores sudar con los recibos. Está en nuestro ADN. Tenemos que hacer un esfuerzo por no ciscarnos en la madre del sistema capitalista cuando tenemos que aportar dinero de los presupuestos para tapar los agujeros generados por directivos sin alma y sin vista. La carencia del alma iba de serie, pero la nefasta gestión del riesgo realizada, no. Pues cuando estás en dichas lides, tratando de convencerte de la necesidad de un sistema reglado con sociedades potentes que den lustre a las finanzas patrias, ves noticias como la que sigue. Y te dan ganas de coger una metralleta, calarte un sombrero de ala ancha y seguir los pasos de John Herbert Dillinger.

Banco pidió huellas digitales a hombre sin brazos
El individuo había ido a cobrar un cheque y en la entidad le dijeron que necesitaban sus huellas dactilares para darle el dinero, pese a que no tenía extremidades. Finalmente, las autoridades se disculparon por el hecho
En la ciudad de Tampa, Florida, los Estados Unidos, Steve Valdez se dirigió a una sucursal de Bank of America para cobrar un cheque. El hecho no debería ser noticia, a no ser porque le pidieron a este individuo sus huellas digitales, pese a que había nacido sin sus brazos y a que usa prótesis en ambas extremidades.
Al parecer, como no era cliente del banco, la cajera le pidió al hombre sus huellas dactilares para corroborar su identidad, si es que quería cobrar el cheque. Valdez trató de explicarle que no podía y hasta le mostró dos documentos que corroboraban quién era, pero no hubo forma de hacer entrar en razón a la mujer, que incluso recibió el respaldo del supervisor.
Finalmente, cuando el hecho se hizo público, la entidad bancaria salió a ofrecer sus disculpas públicamente y reconoció: "Deberíamos ofrecer alternativas si un individuo no está en capacidad de entregar sus huellas".