domingo, 20 de enero de 2008

Hoy he volado


Dicho así sé que puede quedar algo pretencioso. Pero es que hoy he volado. Después de quince días infernales en le periódico, plagados de errores y de algún que otro acierto... pues he volado. No se vayan a creer, sólo ha sido lo que en la jerga denominan como una "toma de contacto". Con un coste que prefiero no desvelar para no quedar de pardillo. Pero ¿saben qué? He volado. Sí, lo he hecho con ayuda, y con una salida no muy ortodoxa, pero no por ello he dejado de acordarme de Leonardo Da Vinci, de Orville y Wilbur Wright, del Hinderburg, de Manfred von Richthofen y de no sé cuantas cosas más en apenas 25 minutos. He tomado los mandos (que se llaman "frenos") un ratillo y he "pillado una térmica". Vamos, que no sé que he hecho, pero he disfrutado como un enano. Volador, pero enano. Dado el exceso de entusiasmo que despliego con todo lo nuevo, a punto he estado de apuntarme a los cursos de iniciación para sacarme el título de parapente.
El ambiente de esos que se llaman a sí mismos "pilotos" ha sido otro descubrimiento. Alrededor de 20 personas desplegaron sus "velas" en Palomares (Agost) durante el día de hoy (bueno, ya ayer), con el único y sano afán de volar un sábado por la tarde.
Da perspectiva eso de lanzarse al vacío y sobrevolar el Maigmó sólo con un enorme paraguas sobre tu cabeza al que te sujetan un par de hebillas y cientos de hilos, todos ellos más finos que los del tendedero de casa. Perspectiva y sensación de poder.
Ya ven cómo estoy por haber volado 25 minutos y haber quitado de mi larga lista una de esas cosas que hay que hacer antes de morirse.

2 comentarios:

Rocío Mendoza dijo...

¡Mi enhorabuena! Por nada debe dejar de cumplir con esa lista de deseos pendientes. ¡Buen vuelo!

Juanjo Marcos dijo...

Ahora me queda el niños, el árbol, el libro... no sé por dónde empezar!