No hay peor mal en esta profesión que el excesivo afán de protagonismo de muchos de sus componentes. Hay tantas vedettes como para hacer palidecer al mismo Moulin Rouge. A veces me siento como un replicante que lanza una paloma al aire y dice aquello de "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión". Pues en ese plan.
He visto redactoras copiar artículos de Internet para publicarlos sin tan siquiera comprobar que tenían lustros de antigüedad. Y después dar lecciones de ética y estética a quien pasara por delante.
He visto responsables informativos elevar el escaqueo al nivel de una de las finas artes. Y después salir reforzados como profesionales y ejercer durante años la portavocía de la profesión.
He visto a fotógrafos dedicados en cuerpo y alma sucia a envilecer el ambiente de trabajo y demostrar su pericia a costa del compañero, especialmente si es alguien débil o falto de protección contractual. Y después son los más reivindicativos sindicalmente hablando, camaradas.
He visto delegados deportivos que hacen sus crónicas desde el televisor. He visto artículos sobre hoteles que dependen del lugar donde pasó el fin de semana un encargado de área. El mismo que se rasga las vestiduras por la falta de gancho de un diario.
He visto a redactores financieros perder la noción de sí mismos, olvidar su profesión y sentirse uno más entre sus potentadas fuentes, cuando, a lo sumo, llegan a ser palmeros de la oligarquía.
He visto arrogancia en la mirada de quien sabe que sus artículos causan revuelo en pequeñas áreas del mundo local, aunque a escasos kilómetros ya nadie entienda lo que se escribe ni su trascendencia.
He visto falta de autocrítica en la profesión que se vanagloria de su independencia. He visto servilismo, he visto soberbia, falta de perspectiva, periodistas con carné de partido, redactores que jalean las victorias electorales en Tollos. He visto cosas que no creeríais. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Y cuando me planteaba emular a Roy Batty, y decir "es hora de morir" (profesionalmente, se entiende) , he tenido la suerte de que la UMH me invite a dar una charla a su Facultad de Periodismo.
Ha sido mi primera experiencia como conferenciante. Muy enriquecedora para mí y un autentico sopor para los valientes -pocos- que no han abandonado el aula. Pero allí he visto miradas curiosas, espontáneas, escépticas y talentosas, que se abrían paso entre los bostezos, la desidia, las hormonas y un conferenciante aturullado. Miradas que aún no han visto cosas que no quieren. Con preguntas que servidor se hacía una década y pico y a las que debería seguir buscando respuesta.
Así que, de momento, me quedo con la paloma.
7 comentarios:
Sencillamente cojonudo. Enhorabuena. Ni se te ocurra borrarlo. Repito, COJONUDO.
Estaba andando sigilosamente por los tejados de esta ciudad y me he tenido que parar al lado de esta chimenea para reflexionar sobre lo que has escrito, intentando no reconcerme en ninguno de los personajes descritos. Porque a veces, todos los que ejercemos esta profesión mostramos alguno de esos rasgos (sobre todo aquello de creer que nuestros artículos tienen algo de trascendencia... que quimera) Maldito ego. Quedate con la paloma Clau-claudio, sujetándola de manera tan firme que no se pueda escapar y al mismo tiempo tan suavemente que no la ahogues. No lo dudes ni un segundo, alguien tiene que reconocer lo que está mal o al final todo será inútil y se perderá como lágrimas bajo la lluvia...
Coño con el gato, leches, mecagüen, que no, que no es eso, carajo. Que hablo de otras cosas, de otras bestias, de animales que conoces de sobra.
No te busques tres pies que no es eso.
Leches.
Mis proclamas de admiración y respecto siempre han sido muy-muy honestas y fundamentadas, discrepancias al margen.
Pero qué grande eres, coño!!!!
rural...
Coincido con Ray. Gracias por seguir creyendo, porque la fe a veces es lo único que nos impulsa a seguir y gracias por dejarme aprender cada día de ti, aunq sólo sea un poco
Lo único que sé es que no son fantasmas porque yo también los he visto. Lo peor es que siguen por aquí, a nuestro lado; pequeños espectros que se alimentan de la desidia generalizada. Que se dicen profesionales pero que lo únnico que consiguen es envilecer una profesión que cada vez me merece menos respeto. Ánimo, compañero, por lo menos tuvimos nuestro pequeño pelotazo!
Por cierto, mira a ver si pones las letras esas de verificación más pequeñas y enrevesadas para que no pueda escribir nadie...
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