No digo que el momento haya sido terrible y noticiable para la lideresa. Su testimonio es, por supuesto, relevante. Pero ante una desgracia -casi- global de tal magnitud, quizá muchos rotativos españoles han pecado de falta de miras. Han primado de nuevo la anécdota sobre la tragedia ¿Qué hubiéramos dicho de cualquier país que el 11-M hubiera reducido la noticia al mal día que pasó un político de paso? Pues eso hemos hecho.
Bombay parece que queda muy lejos para los informadores patrios. Sin embargo, las redes terroristas parece que han interiorizado mucho mejor que ellos y que varios Gobiernos que el mundo es global. Que más allá de la anécdota, el infierno que se ha vivido en ese país, nos salpicará antes o después. De hecho, puede que Aguirre sea mucho más consciente de ello.


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