viernes, 7 de diciembre de 2007

Me aspen

Voy a escribir sobre la polémica Noche de la Economía Alicantina. Lo hago porque creo que soy la última persona en la provincia en hacerlo. El discurso del 'sheriff' Valenzuela, en su 'saloon' favorito, y con todas las coristas presentes (servidora incluida) no me sorprendió. Enarboló una vez más la bandera del alicantinismo, y no se puede negar que cada vez hay más momentos en los que la tentación de acompañarle en la brega crece. Incluso creo que tuvo momentos de brillantez, aunque relegó a un anecdótico tercer plano unos premios que con tanta vehemencia defenderá el resto del año. Lo que me dejó ojiplático, patidifuso y estupefacto fue el siguiente discurso, el del Molt Honorable Francisco Camps, que se limitó a leer la perorata que ya tenía escrita desde casa (léase las dependencias de la Generalitat). Argumentos tenía, el discurrir de Valenzuela tiene aciertos pero también hace más aguas que el Titanic en muchos aspectos, en especial a la hora de abordar la responsabilidad empresarial. Sin embargo, Camps se centró en la Volvo Ocean Race. Si no me equivocó se trata sólo de una carrera de barcos que zarpa desde Alicante. Y nada más. Humo. Estelas en la mar.

¡Que me aspen si todo un presidente de la Generalitat, barón del PP en España, y el jefe del Consell elegido con mayor porcentaje de votos puede permitir que le afeen los datos económicos en el acto empresarial más importante del año en Alicante y no decir nada! Cifras tenía (algunas), cintura no. Para los complicados momentos que el futuro depara a esta Comunidad, confío en que su presidente tenga más arrestos en otros foros. Quizá si empezara por perderle miedo a la prensa y admitir preguntas en todos sus actos en Alicante, la próxima vez que se viera en un brete saldría más airoso.

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