domingo, 16 de septiembre de 2007

Ma non troppo

Después de tanto buscar en la actualidad una explicación al desvarío en el que vivimos, he encontrado una de las argumentaciones que más me han satisfecho en un libro escrito por un italiano ya muerto. Suele pasar, todas las dudas que uno tiene siempre estaban ya resueltas en libros de griegos o italianos muertos. En este caso se trata del economista Carlo M. Cipolla (1922-2000) y su obra que no pretendía ser tal, 'Allegro ma non troppo', donde desarrolla sus ya legendarias leyes de la estupidez humana. La máxima es clara: el estúpido es el ser humano más peligroso que hay, por encima del malvado. A fin de cuentas, el malvado busca un beneficio propio y se le puede prever y combatir. El estúpido, por el contrario, viene definido como la persona que con sus acciones perjudica al prójimo sin sacar ningún beneficio. Por eso no se pueden anticipar sus movimientos. Cipolla añade que hay un número constante de estúpidos en cada grupo humano, independientemente de credo, sexo, religión o nivel educativo. Las clases dirigentes también están incluidas en el sesudo entretenimiento del sabio italiano, que no por gustar de la ironía pierde un ápice acierto (como ya le ocurriera a Peter con su Principio).
La diferencia entre las sociedades que avanzan y las que están en declive radica, añade el libro, en que en las primeras las personas inteligentes ocupan altos puestos de responsabilidad y controlan a los estúpidos; mientras, en las segundas, los malvados quieren aprovecharse de los estúpidos. Y fracasan. El carácter impredecible de la estupidez hace que no se valore en su justa medida el daño y perjuicio que genera. Por cierto, las personas inteligentes vienen definidas como esas que logran un beneficio propio con una acción que genera provecho también para el prójimo.
Así que ya lo veo claro, sólo una sociedad decadente como la nuestra puede ser tan obtusa, a escala mundial, nacional y provincial. Tres breves ejemplos:

  • El mundo cambia, hay oleadas de pateras surcando el mediterráneo y Argelia es sacudida por las bombas, pero en Alicante (a unos pocos cientos de kilómetros) sólo se habla de las medidas de seguridad del 'ferry' a Orán.

  • China e India invaden los mercados del mundo, las fronteras europeas son permeables, la información y las finanzas son libres en el ciberespacio, pero la actualidad española, anclada en el siglo XIX, debate sobre conceptos como nación o preámbulo. Cansinamente. Y se pierden personas inteligentes, como es el caso de Josu Jon Imaz, en detrimento de más estúpidos.

  • La política dejó de ser el reino de los mejores y quedó como una villa de retales. No negarán que han visto a estúpidos en puestos de responsabilidad y representación. Todos los colores políticos están incluidos. Un breve surtido: Julio de España, Joan Ignasi Pla, Ángel Acebes, Roque Moreno, la ex ministra Trujillo, el teniente Trillo, Llamazares, el 95% de la corporación municipal y Susto Nieto, capitaneando la marcha.

Los malvados pensaron que podrían rodearse de estúpidos para controlar las cuotas de poder y de miserias de las que se compone el poder local. Para ello contaban con nosotros y nuestros estúpidos votos, que no castigan la incompetencia. El maestro Cipolla recuerda que una de las características del estúpido es que no se reconoce como tal. Quizá debería haber incluido algún tipo de 'test', que servidor tiene dudas sobre sí mismo. Me cuesta entender como puedo permanecer atónito ante tanta barrabasada que me rodea. Menos mal que tenemos a los griegos e italianos muertos para explicarnos las cosas de nuestro día a día.

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