jueves, 30 de octubre de 2008

Linimentos

Dentro de los límites de mi inabarcable ignorancia, los economistas y los políticos de la economía cada día se me antojan más parecidos a los vendedores de linimentos milagrosos del sur de Estados Unidos hace cien años. Unos vendeburras y unos titiriteros, que diría aquel. Me salen por las orejas las teorías sobre la crisis, por supuesto, siempre a posteriori.

La única certeza que saco de este "pedazo de crisis", como han coincido hoy en describir estos días Miguel Boyer y Álvaro Nadal, es que han fallado los expertos. Toda la mercadotecnia que rodea a la economía, con sus mil índices e indicadores, salpicada de gabinetes de estudios y reguladores, con unas agencias de calificación y unos auditores que juguetean a la gallinita ciega... todos marrando.

Sólo cuando nos partimos los dientes, nos explicaron el riesgo del despeñarse. Serán las subprime, el peak point, los ninja o el juego de burbujas económicas encadenadas en los que se cimentaron los desarrollos de los grandes consorcios financieros. Eso sí, los dientes no nos los devuelven.

Los sabios de las economía se enriquecen y se arruinan y nos llevan con ellos de forma desproporcionada. Lo adivinan casi todo, sólo les falta lo importante. Muchos se dejan llevar por la histeria de las Bolsas, a las que tendríamos que poner, al menos, en sordina durante unos cuantos meses.

Sea como fuere, españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las crisis ha de helarte el corazón. Será la financiera, la energética o la real. Pero nadie se quedará indemne. Y muchos serán los que se exijan explicaciones por la falta de previsión. Los muy antipatriotas.

2 comentarios:

Peter Parker dijo...

Será que hemos perdido el contacto con la realidad de todos los días, la de tomarte un café en el bar y enterarte de lo que pasa de verdad. Lo preocupante es que siempre acaban pagando los mismos el café!

Juanjo Marcos dijo...

¿Cuesta 80 céntimos, no?